sábado, 30 de mayo de 2009

Seres privilegiados.

Reproduzco a continuación un fragmento del libro “Un ataque de lucidez" de Jill B. Taylor:

“Casi todos los distintos tipos de células de nuestro cuerpo mueren y son sustituidas cada pocas semanas o meses. Sin embargo, las neuronas, las células primarias del sistema nervioso, no se multiplican (en general) después de nuestro nacimiento. Esto significa que la mayoría de las neuronas de su cerebro tienen los mismos años que usted. Esta longevidad de las neuronas explica en parte que en nuestro fuero interno nos sintamos prácticamente los mismos a los diez años que a los treinta o los setenta y siete. Las células de nuestro cerebro son las mismas, pero con el tiempo sus conexiones cambian, debido a nuestras experiencias”.


La idea de que en nuestro fuero interno parece que no pasen los años me ha pasado por la cabeza en multitud de ocasiones. Al parecer la explicación era esa…

Mi reflexión es la siguiente:

En nuestro trabajo diario ¿también nos sentimos con la misma motivación y ganas que cuando llegamos al mundo laboral?
o
¿Supone para nosotros un gran sacrificio cada mañana tener que levantarse para ir a trabajar?

Para los que no tengáis clara la respuesta os recomiendo “El despido interior" de Lofti El-Ghandouri.

Para los que hayais respondido afirmativamente a la primera pregunta:



¡Enhorabuena, seres privilegiados!

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